El turismo y un orden social más justo

Pensar en el futuro del turismo requiere que reconozcamos que la pandemia del Covid-19 (acrónimo del inglés coronavirus disease 2019) evidencia la escandalosa desigualdad entre la pobreza extrema y la riqueza extrema a la vez que clama por un orden social más justo.

A muchos les gustaría tener una máquina que les permita ver el futuro o que les facilite -con herramientas actuales- elaborar un modelo de predicción que elimine la mayoría de las incertidumbres. Sin embargo lo que podemos hacer es ficcionar sobre el futuro en un momento histórico en el cual ver la realidad con clave de ficción nos enfrenta a reflexionar sobre las similitudes de la actualidad y las proyecciones de escenarios posibles. No hay nada fuera del texto.

Tenemos la oportunidad de poner todo a discusión, mas no podemos esperar que, una vez superado el período de crisis, todo vuelva a ser como antes.

Señala Fernando Lozano que los primeros viajes tras la contingencia sanitaria apuntarán a zonas cercanas y buscarán opciones que reduzcan un posible contagio. Más local, más austero, sustentable, más tecnológico y en grupos más pequeños. Así será el turismo del futuro. (https://www.forbes.com.mx/negocios-turismo-futuro-covid19-crisis/)

De ser así, esto nos permite debatir sobre los primeros pasos para encarar un largo camino hacia una próspera estabilidad de la actividad turística. Debemos comenzar por definir a nuestras zonas cercanas en términos de localización geográfica, características sociodemográficas, capacidades económicas y conexiones entre comunidades emisivas y receptivas. El radio de cercanía resultante nos va a dar cierta pauta del flujo turístico posible. El desafío es poder alcanzar una visión compartida clara entre los sectores público y privado y trazar objetivos en común.

En lo personal entiendo a la austeridad como gasto eficiente y responsable, por lo cual constituye un desafío que la oferta turística del destino sea capaz de elaborar un esquema de distribución del gasto turístico de manera justa y que al mismo tiempo logre incentivar al visitante a realizar el mayor gasto que le sea posible.

Aquellas comunidades que sean capaces de ofrecer opciones de recorridos con alternativas sustentables y prácticas tradicionales corren con cierta ventaja. En ese sentido es clave la sinergia que pueda darse entre las comunidades pequeñas y aquellas que puedan brindarles los servicios turísticos con cierta escala a fin de generar la mayor cantidad de fuentes laborales directas e indirectas.

El confinamiento general obligó a gran parte de la sociedad a destinar tiempo y recursos tecnológicos para uso en relaciones sociales, sean estas sostener los vínculos con sus seres queridos, informarse, entretenerse, aprovisionarse, trabajar desde sus casas o encarar proyectos de logística ante la imposibilidad de la atención al público en sus locales. No obstante, lo más destacado es el uso para hacer frente a la suspensión de las clases presenciales en todos los niveles. Este acercamiento obligado a las herramientas tecnológicas sin duda se traduce en una demanda, para los prestadores de servicios y gestores públicos de destinos turísticos, de adaptación y actualización de las herramientas de promoción, comercialización y atención.

Por su parte, a medida que las vías de transporte terrestre se vayan abriendo se puede esperar que gradualmente comiencen los primeros contingentes a viajar, en grupos pequeños, en familia o entre amigos. Debemos estar capacitados y sensibilizados sobre la seguridad sanitaria en toda la experiencia de viaje, pues, quizá, sea lo más valorado por los visitantes luego de la motivación principal. Este es un desafío que excede a los actores de la actividad turística y que no debe soslayarse, mas bien debe afrontarse inmediatamente de manera integral y comunitaria. Es una oportunidad de introducir al turismo en el consciente colectivo como actividad que conlleva beneficios económicos, sociales y ambientales, de la cual todos somos partícipes.

La demanda inicialmente será mayor que la oferta

Con una mirada optimista, la escritora especialista en viajes de lujo Juliet Kinsman plantea que, pasado este letargo, ansiaremos experiencias que mejoren la salud, inmersiones restauradoras en la naturaleza, ejercicios de elevación del espíritu al aire libre y escapadas seguras para pasar un tiempo de calidad con nuestros seres más cercanos y queridos. A la vez advierte que es posible que al principio no queramos alejarnos tanto de casa, minimizando la cantidad de tiempo que pasamos en aeropuertos o aviones. (https://www.cntraveller.com/article/future-travel)

En definitiva, viajar menos, pero viajar mejor. Esto implica que el tiempo fuera tendrá que tener un sentido de que realmente vale la pena salir de casa. Después del aislamiento y el confinamiento resulta lógica la necesidad de sumergirse en mucha naturaleza. Es un hecho, además, que quienes dispongan de dinero y tiempo, van a dedicar una porción de sus recursos al turismo de salud y bienestar, o sea, escapadas que aumenten la inmunidad por razones preventivas o restaurativas. Debemos prepararnos para atender esa demanda, de naturaleza y bienestar, de manera profesional, con calidad.

La suspensión de las operaciones aerocomerciales, en especial las vinculadas al turismo, van a restablecerse de manera gradual según las propuestas de programación regional e internacional elaboradas por las asociaciones que congregan a distintas líneas aéreas. Es posible que muchas aeronaves continúen aterrizadas e inclusos muchas compañías pierdan capacidad económica para operar pasando a depender de rescates para no caer en bancarrota. Las restricciones también comprenden a los transportes internos dentro de los estados que albergan a las comunidades turísticas. Además, es posible que los destinos exijan certificados de salud entre otros nuevos obstáculos para obtener visas. Esto si el destino permite visitas. Estos viajes serán más complicados, restringidos y más caros, lo cual invita a vislumbrar una oportunidad a destinos turísticos que posean atractivos naturales destacados y servicios de lujo, que garanticen seguridad integral, calidad internacional y exclusividad.

Para concluir les invito a imaginar escenarios posibles de un destino turístico y reflexionar acerca de los desafío que deberían afrontar los actores involucrados.

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Post Author: mauricioalvez