Por Gonzálo Bustos publicado en Medium
Imperdible trabajo de Gonzálo que construye sobre reflexiones suyas previas sobre la ciberdiplomacia china (enlazado en el artículo) El mundo se complejiza y tenemos el desafío de lograr tecnología soberana que nos sirva (y agrego) sin autoritarismos que otrora pagamos caro. Javier Pallero
Un nuevo fantasma del “fin de la historia” recorre el mundo. Esta vez, no se trata de la universalización de las democracias liberales sino, por el contrario, de su desaparición progresiva al calor de lo que Shoshana Zuboff llama “capitalismo de vigilancia”.
En septiembre de 2018, la Corte Suprema de India confirmó la legalidad del sistema Aadhaar, la base de datos biométrica más grande del mundo, con información personal de más de mil millones de indios. En diciembre, su ministerio de Interior emitió una nueva normativa que autoriza interceptar y desencriptar toda comunicación personal.
Estas decisiones tomadas por India (o, mejor dicho, por su poder judicial y por su poder ejecutivo, respectivamente), ¿abonan la idea de que está en marcha un proceso de asimilación de las prácticas autocráticas por parte de las democracias?
Mi humilde opinión -en línea con este excelente artículo de Samir Saran- es que no sólo sería un error de lectura reducir así la complejidad de las conversaciones sobre derechos digitales, a nivel global y en India en particular, sino también un error estratégico para quienes procuran defender a la democracia como régimen político preferido a nivel local y global.
Como reflexionamos aquí con Javier Pallero, activista de Access Now, y con Iván Arce, especialista en seguridad informática -cuyos temores ante el avance sobre la encriptación, tanto en India como en democracias liberales como Australia, comparto plenamente-, India también impulsa interesantes políticas digitales orientadas a desarrollar capacidades productivas endógenas en base al interés público.
Algunos ejemplos son el freno al programa de Freebasics (con el valor agregado de que tuvo lugar a inicios de 2016, cuando todavía Facebook no había caído del paraíso), la preferencia por empresas de ciberseguridad locales, y la paciencia estratégica en las discusiones sobre comercio electrónico en la OMC. También el caso de las redes comunitarias los países de América latina e India tienen mucho espacio para cooperar.
Es cierto que en estas discusiones India juega más como futura tercera potencia mundial en discordia y menos como la democracia más poblada del mundo. Pero se trata de una democracia que efectivamente está disputando las reglas de la era digital, y eso debemos saber comprenderlo para valorarlo en su justa medida. Como en el caso de la ciber-diplomacia china, no se trata de optar por un paquete de soluciones sino de adaptar cada estándar conveniente según nuestro interés estratégico.
En resumen, poner en cuestión la densidad democrática de los países con regímenes democráticos que presentan alternativas en materia de ciber-diplomacia enriquece el debate porque visibiliza los intereses en juego, y permite valorar aquellos aspectos donde tenemos más para perder; pero no es argumento válido para decir que las democracias han perdido la batalla de las ideas.
Desde luego, las diferencias con los países latinoamericanos, tanto en términos de escala como de desarrollo histórico, son suficientes como para apostar una curva de aprendizaje propia; probablemente más lenta, pero diferenciada y por lo tanto más sostenible.
Lo mejor sería definir colectivamente qué estándares son convenientes al interés público y al interés nacional, y cuáles no tanto. Por supuesto, esto implica el desarrollo de una agenda comprehensiva en gobernanza digital, que necesariamente debe tener eje en el Congreso nacional y que idealmente debería reconocer a la seguridad digital como una política de bienestar ciudadano.
Esperemos que en 2019 esa agenda integral al fin pueda consolidarse en la Argentina, y en los demás países de la región. Mientras tanto, India nos deja varias lecciones para aprender en materia de ciber-diplomacia, pero quizá la principal sea que la historia, aunque se digitalice y se acelere, no se detiene ni se termina.
Artículo original https://medium.com/@bustos1648/algunos-apuntes-cr%C3%ADticos-sobre-la-ciber-diplomacia-india-d720322198bf